Ideas, pensamientos y acciones en estos días primaverales
Andrés Chavez G.
Odontólogo Neurofocal y Bioenergético,
Terapeuta Floral
En
el hemisferio norte del planeta ha comenzado la primavera, que trae cambios que
suponen un resurgimiento y florecimiento de sus propias estructuras naturales. Hoy debido a las circunstancias que
vive el mundo con la presencia del nuevo virus, el planeta se enfrenta a
transformaciones no solo de sus sociedades, sino también de la propia raza humana. Esto
implica que existan cambios para todos, donde las formas de vivir y de
interpretar el mundo se alteran. Llega con esta situación el miedo a enfermar,
o que sean los cercanos quienes enferman. Se siente miedo también porque se encuentra en riesgo la
posibilidad de mantener la productividad y la rentabilidad personal, que llevaría a
perder la capacidad de pago. La forma de trabajar incluso en quienes aún pueden hacerlo por estos días varió, ya no es igual, y esos cambios pueden atemorizar.
Estoy
seguro que esto va a parar, que será superado, que el ser humano tiene la grandeza de reinventarse y seguir adelante, pero por lo pronto, aun se siente el miedo, ese mismo que el hombre ha
utilizado siempre para su supervivencia; el miedo permite dimensionar las
situaciones a las que somos expuestos. De esta forma se pueden adoptar las
medidas y cuidados que necesita la raza humana para mantenerse viva. Pero que
ha de suceder después de estos momentos para redescubrir nuestra grandeza?, seguro, lo primero es reconocer que esta es una
situación real, donde existe un virus que produce fuertes alteraciones físicas
a cualquiera de nosotros, y especialmente a quien mantenga su sistema
inmunológico débil. Aceptar, quita la resistencia que podemos tener a una
realidad, esto no quiere decir que estemos de acuerdo o que no nos interesa lo
que suceda, solo dejamos de aplicar todas los esfuerzos desgastantes para
evitar que algo se presente.
Entender
que no somos súper hombres, así mismo aceptar y reconocer nuestra propia vulnerabilidad.
Sí, somos vulnerables y frágiles, pero no débiles, en nosotros siempre hay
grandeza. Esto no es un castigo o una trasgresión por nuestras culpas, es una
pandemia no una guerra, puede ser quizá un desastre natural si se quiere, por
eso debemos asumirlo como le corresponde a los seres humanos: Con atención y No
con instinto.
El
miedo puede ser útil, pero el pánico se hace innecesario porque nos paraliza y
nos limita. Cuidarnos también implica no nutrir el pánico, evitar escuchar
cualquier reseña que se encuentra y saber seleccionar muy bien de dónde viene
la información que consumimos.
Una
opción muy válida es verlo como una
oportunidad de transformación personal, y de nuestro lugar como seres humanos,
simplemente porque estas circunstancias obligan a romper rituales y rutinas que
están incrustados en nuestra cotidianidad. La transformación consciente se puede
presentar de dos formas: una, sintiendo que he tocado fondo por vivir una
situación extrema como una enfermedad o una situación ruinosa, y así debo salir de entre las cenizas renovándome. La otra puede resultar de una circunstancia más noble, y es porque un libro, un modelo,
un personaje, una conferencia o una situación que experimento, me inspiran para
tomar la decisión de cambiar. Esta última puede ser una opción para muchos
ahora.
El
ejercicio de los distintos oficios seguro también puede cambiarse, aceptando
nuevas circunstancias, innovando en conductas e ideas, rompiendo resistencias y
costumbres en la labor cotidiana. Sin embargo sé que no será fácil, sobretodo si lo nuevo
se pretende resolver siempre desde el mismo sitio, porque ahora ya no se deben buscar
las respuestas a las preguntas de siempre, sino que definitivamente se debe ver
hacia otros lugares, cambiar de ubicación, para mejor hacer aquellas preguntas
que no se habían hecho antes. Asumiendo la adaptación como una estrategia para alcanzar inicialmente la tranquilidad y la paz.
Tenemos
un miedo útil pero un pánico innecesario, pues el pánico bloquea y paraliza,
realmente aísla y nos aleja de vivir, para dejarnos en una posición donde solo
optamos por sobrevivir, una ubicación que a veces es cómoda porque nos mantiene
con vida, pero que no nos permite vivir en plenitud humana. Preferir el pánico
genera un trastorno emocional que olvida la ilusión e impide alcanzar el
propósito, descentra y debilita, desgasta, permeabiliza y seguro afecta la
fortaleza natural del sistema inmunológico.
Decidir
por la transformación es una oportunidad de evolucionar accediendo a la
consciencia personal y del entorno, valorando la existencia propia y de los
otros seres humanos; de reconocer las vulnerabilidades de la raza humana sin
significar que esto pretenda ser debilidad. Entender que los talentos son para
entregarlos a un mundo ansioso de disfrutar de ellos. Llegó la hora de actuar y
decididamente buscar la pasión de cada uno como el poderoso vehículo para el
desarrollo personal. Una información transforma la bioquímica del Ser, así que
busquemos que lo que llegue a nuestra mente sea sano y productivo, para que la transformación
bioquímica se exprese físicamente en bienestar. Hagamos de estos días un
momento para acercarnos a lo que queremos y a nosotros mismos, para
replantearnos, para silenciarnos, proceder y fluir sin controlar cada detalle,
para redescubrirnos y reconocer nuestra propia esencia, un tanto olvidada en
ocasiones, mirando hacia el interior, para siempre recordar quienes somos
realmente.
Bogotá,
abril 4 de 2.020
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